Normalmente cuando hablamos de hidrocefalia, pensamos en la acumulación de líquido dentro de las cavidades profundas del cerebro, ejerciendo presión, y nos imaginamos a un bebé que nació con esa condición.
Por eso, pocas personas saben o conocen de otro tipo de hidrocefalia crónica que aparece habitualmente en personas adultas mayores y que también puede llegar a dañar el cerebro.
Se trata de la hidrocefalia normotensiva, e impacta a hombres y mujeres que tienen entre 60 y 70 años o más.
¿Cuáles son los síntomas?
En este caso, es importante entender que la hidrocefalia se desarrolla cuando el líquido cefalorraquídeo no puede fluir a través del sistema ventricular, o cuando la absorción en el flujo sanguíneo no es la misma que la cantidad de líquido cefalorraquídeo que se produce; la absorción es, por decirlo de alguna manera, insuficiente.
Ahora bien, uno de los problemas que presenta esta patología para establecer un diagnóstico correcto es que sus síntomas son comunes en otras enfermedades propias de esta población.
Otra dificultad es que, en la mayoría de los casos, no todos los síntomas aparecen al mismo tiempo.
Algunos de esos síntomas son:
- Deterioro cognitivo con pérdida de memoria, falta de atención y apatía.
- Demencia leve como olvidos, pérdida de memoria de corto plazo y cambios drástico de su estado de ánimo o humor.
- Incontinencia urinaria y serios problemas para controlar la vejiga. Tiene continuamente necesidad de orinar y/o no puede retener la orina.
- Trastornos de la marcha: la persona da pasos cortos, como arrastrando los pies, con pesadez o dificultad para subir escaleras.
¿Cuáles son las causas?
Si bien, entender dónde se originó la hidrocefalia normotensiva no es sencillo, es común que aparezca por:
- Casos de hemorragia cerebral.
- Traumatismos craneoencefálicos severos (por caídas o golpes, por ejemplo).
- Enfermedades infecciosas como la meningitis.
- Haber sido sometido a una intervención quirúrgica craneal.
Ante este panorama, hay diversos modos de diagnosticar la enfermedad, a partir del apoyo de la tecnología y el conocimiento médico: con rayos x o resonancia magnética. También con pruebas neuropsicológicas.
Finalmente, pese a que esta condición es incurable, el tratamiento de la hidrocefalia normotensiva es quirúrgico y consiste en la colocación de un tubo a través del cual se drena el exceso de líquido cefalorraquídeo de los ventrículos cerebrales.
Esta intervención se realiza con dispositivos implantados de silicona y plástico, y redirige el líquido excedente hacia otra área del cuerpo, permitiendo que los ventrículos que estaban agrandados en el cerebro vuelvan a su tamaño normal
Esto sirve para disminuir los síntomas que afectan la calidad de vida del adulto mayor, evitando así un daño cerebral más fuerte e irreversible.
Si tiene sospechas de que usted o algún adulto mayor de su familia sufre de esta condición, contácteme. Soy experto en el tratamiento de lesiones, tumores cerebrales y patología de la base del cráneo, y me encantaría ayudarle.