El cavernoma cerebral, también conocido como angioma cavernoso, es una malformación en los conductos sanguíneos que puede causar problemas en el cerebro y la médula espinal.
Aparece durante el desarrollo cerebral alrededor de diferentes regiones del encéfalo, y a la anomalía que se presenta, cuando se forman varios cavernomas, se la conocemos como cavernomatosis múltiple.
Lo más frecuente es que los cavernomas no produzcan síntomas, pero también se dan casos en que la persona sufra convulsiones, problemas de visión, debilidad y cansancio, dolor de cabeza y dificultad para hablar y entender a los demás.
En situaciones más delicadas, el paciente sufre náuseas y vómitos, el entumecimiento de un lado del cuerpo, dolores de cabeza repentinos e intensos, pérdida de visión o visión doble y dificultades para mantener el equilibrio.
En todo caso, cuando se presentan los signos y síntomas mencionados, es preciso que la persona acuda a consulta médica.
¿Cómo detectar los cavernomas?
Existen diferentes métodos para diagnosticarlos. Muchas veces, se evidencian en imágenes del cerebro realizadas para diagnosticar otras enfermedades neurológicas.
En presencia de síntomas que hagan suponer la presencia de un cavernoma, los médicos solemos pedir análisis específicos para confirmar o descartar una malformación o para identificar o descartar otras enfermedades relacionadas.
También recurrimos a imágenes del cerebro que nos permitan revelar hemorragias o el surgimiento de nuevas malformaciones. En este caso, podemos recurrir a:
- Resonancia magnética (RM). Nos sirve para obtener una imagen detallada del cerebro, la columna vertebral y los vasos sanguíneos del cerebro. También tenemos a nuestro favor la angiografía por resonancia magnética (o venografía por RM) que consiste en inyectar un tinte de contraste, en una vena del brazo, para ver mejor los vasos sanguíneos del cerebro.
- Análisis genéticos. Los utilizamos para identificar los cambios en los genes o cromosomas asociados con malformaciones cavernosas cerebrales, cuando el paciente tiene antecedentes familiares de la enfermedad.
La cirugía vascular
La tecnología más avanzada nos permite dar un tratamiento de alta precisión a los cavernomas mediante cirugías mínimamente invasivas que aportan al paciente el beneficio adicional de recuperarse en menos tiempo que el que demanda una cirugía abierta.
En la neurocirugía mínimamente invasiva, utilizamos un instrumento llamado endoscopio, consistente en una pequeña cámara tubular iluminada que cumple la función de un microscopio.
Con instrumentos que tampoco requieren grandes incisiones, operamos ciertas áreas del cerebro, la base del cráneo o la médula espinal. Es un procedimiento rápido, preciso y simple, que permite una recuperación rápida, disminuir el dolor y minimizar las cicatrices.
En la cirugía intracraneal endoscópica, en específico, los instrumentos nos permiten practicar biopsias tumorales, resección de quistes coloides, fenestrar quistes y tratar la hidrocefalia.
Hablamos de operaciones que tardan apenas unos minutos y nos permiten dar de alta al paciente al día siguiente.
Contáctenos, estamos para servirle.