Dolor cervical

El dolor cervical se refiere a la molestia que una persona siente en cualquiera de las estructuras del cuello, como los músculos, los nervios, las vértebras, las articulaciones y los discos intervertebrales.

Es posible que el paciente perciba entumecimiento, hormigueo o debilidad en el brazo o la mano, cuando el dolor está relacionad con la compresión de los nervios, además de un dolor extendido a brazos, cabeza o espalda.

El dolor se puede deber a lesiones en las partes blandas, músculos, ligamentos, discos, nervios, vértebras y articulaciones y entre los síntomas más habituales se encuentran el  dolor y la dificultad para mover el cuello, cefaleas y mareos.

El diagnóstico incluye un análisis de la historia clínica de la sintomatología del paciente, una exploración clínica sobre la postura, movilidad cervical y zonas adoloridas, y una evaluación de la función de nervios y músculos en brazos y piernas.

También incluye radiografías simples, para observar las vértebras, pero una valoración más detallada, demanda el recurso la tomografía computarizada, la resonancia magnética nuclear la electromiografía.

El tratamiento no incluye la cirugía. En su lugar, se recurre al tratamiento fisioterapéutico, para favorecer la relajación de los músculos y mejorar la movilidad del cuello, y terapias locales que proporcionen calor.

Otras opciones para el tratamiento son las duchas con agua a la mayor presión y temperatura que el paciente tolere, la aplicación de calor seco mediante una almohadilla eléctrica y, además de fármacos, ciertas prácticas terapéuticas como una adecuada postura y las tracciones cervicales.