Fracturas craneales

Una fractura de cráneo es la rotura de un hueso de la cabeza. Cuando la fractura llega acompañada por concusión u otra lesión al cerebro, la situación se convierte en una emergencia y se debe actuar con rapidez.

En ocasiones, debido a la fractura de cráneo, el cerebro puede resultar afectado por el tejido del sistema nervioso y por el sangrado y, por consiguiente, se puede producir una compresión sobre el tejido cerebral subyacente.

Los principales síntomas se manifiestan por el dolor, las características del traumatismo craneal y, en ciertas fracturas, por la pérdida de líquido por la nariz o los oídos o por hematomas detrás de las orejas y alrededor de los ojos.

Para el diagnóstico es muy importante la información que pueda suministrar el propio paciente, si está dentro de lo posible, para determinar si está en capacidad de seguir instrucciones, mover los ojos y las extremidades y si mantiene coherencia en el habla.

También es importante la información que eventualmente suministra un testigo, acerca de la forma en que ocurrió la lesión, el objeto que lo golpeó, si el paciente perdió el conocimiento y por cuánto tiempo estuvo inconsciente, etc.

Pero también pueden ser determinantes las pruebas de diagnóstico por imágenes, como la tomografía computarizada y la resonancia magnética.

Dependiendo de la gravedad de la lesión, la cirugía se vuelve necesaria para reparar las fracturas graves del cráneo, para retirar trozos de hueso o para detener un sangrado en el cerebro.